El Socialismo es una ideología de economía política que defiende principalmente un sistema social, económico y político basado en la socialización de los medios de producción. Al socialismo se lo asocia desde las ideas de búsqueda del bien común e igualdad social hasta los proyectos de Estado socialista o al intervencionismo, definiciones de socialismo o de sus métodos que pueden variar drásticamente según el interlocutor.
Inicios:
• El estudio del socialismo se inicia a partir de la Revolución Francesa en 1789, que causó el derrocamiento de la clase feudal francesa y la ascensión al poder de la burguesía. En el siglo XVIII y XIX los principales países de Europa desarrollan el proceso de sustitución del feudalismo por el capitalismo como sistema económico, y los estados feudales se unen para formar las modernas Naciones-Estado
• Entre sus primeros teóricos se encontraban el aristócrata francés conde de Saint-Simon, Charles Fourier y el empresario británico y doctrinario utópico Robert Owen. Como otros pensadores, se oponían al capitalismo por razones éticas y prácticas. Según ellos, el capitalismo constituía una injusticia: explotaba a los trabajadores, los degradaba, transformándolos en máquinas o bestias, y permitía a los ricos incrementar sus rentas y fortunas aún más mientras los trabajadores se hundían en la miseria. Mantenían también que el capitalismo era un sistema ineficaz e irracional para desarrollar las fuerzas productivas de la sociedad, que atravesaba crisis cíclicas causadas por periodos de superproducción o escasez de consumo, no proporcionaba trabajo a toda la población (con lo que permitía que los recursos humanos no fueran aprovechados o quedaran infrautilizados) y generaba lujos, en vez de satisfacer necesidades.
• El socialismo suponía una reacción al extremado valor que el liberalismo concedía a los logros individuales y a los derechos privados, a expensas del bienestar colectivo.
• Era también un descendiente directo de los ideales del liberalismo político y económico. Los socialistas compartían con los liberales el compromiso con la idea de progreso y la abolición de los privilegios aristocráticos aunque, a diferencia de ellos, denunciaban al liberalismo por considerarlo una fachada tras la que la avaricia capitalista podía florecer sin obstáculos.
• Socialismo en el siglo XX:
• Según se acercaba a su fin el siglo, el socialismo —tal y como se hallaba representado por los partidos socialistas no sólo había perdido su perspectiva anticapitalista original sino que también empezaba a aceptar, aunque con dolor por su parte, que el capitalismo no podía ser controlado de un modo suficiente, y mucho menos abolido.
• A pesar de que al inicio la desintegración y lucha individual por el progreso hizo el hundimiento del socialismo ortodoxo en muchos países, principalmente la URSS (La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y Europa Oriental, se mantiene en países como China, Cuba, Corea del Norte, Libia y Vietnam. Ha adoptado algo de flexibilidad y en algunos casos un considerable desarrollo. Tal ejemplo es China, cuarta nación más poderosa económicamente del mundo y cuya mano de obra se ha generalizado por el mercado mundial.
• La geopolítica neoliberal, que se supone sería causada por la globalización corporativista, han provocado según estos movimientos, tales daños sociales y económicos a muchos países tanto desarrollados como del Tercer Mundo (también se atribuyen a la corrupción y autoritarismo de partidos políticos y gobiernos), que habrían provocado no solo un despertar de un nuevo tipo de socialismo democrático, sino la caída y desprestigio del sistema democrático liberal en muchos países.
• Debido a su inmovilidad actual, definir el concepto de socialismo al final del siglo XX presenta numerosos problemas. La mayoría de los partidos socialistas ha llevado a cabo un proceso de renovación programática cuyos contornos no son aún muy claros. Es posible, sin embargo, catalogar algunas de las características definitorias del socialismo europeo según se prepara para hacer cara a los retos del próximo milenio:
• 1) reconocer que la regulación estatal de las actividades capitalistas debe ir pareja al desarrollo correspondiente de las formas de regulación supranacionales (la Unión Europea, que contó en un principio con la oposición mayoritaria de los socialistas, es considerada como terreno controlador de las nuevas economías interdependientes);
• 2) crear un ‘espacio social’ europeo que sirva de precursor a un Estado de bienestar europeo armonizado;
• 3) reforzar el poder del consumidor y del ciudadano para compensar el poder de las grandes empresas y del sector público;
• 4) mejorar el puesto de la mujer en la sociedad para superar la imagen y prácticas del socialismo tradicional, en exceso centradas en el hombre, y enriquecer su antiguo compromiso a favor de la igualdad entre los sexos;
• 5) descubrir una estrategia destinada a asegurar el crecimiento económico y a aumentar el empleo sin dañar el medio ambiente; y
• 6) organizar un orden mundial orientado a reducir el desequilibrio existente entre las naciones capitalistas desarrolladas y los países en vías de desarrollo.
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